un monólogo entrecortado de pura rutina. desde luego no és
fácil renunciar a reflexos y caligramas condicionados,corpulentos y castaños...
ni reconocer palabras de la arcilla blanca... pero en el trópico
azul-tinta-brillante la noche cae bruscamente. y las rachas de viento, en el
pozo de la granja-amarula, nunca hablan de las cosas clausuradas, ni las
últimas babas, de la noche y ni acerca de un hijo bastardo en vestigios
zoológicos , son zoogramas inhóspitas y ....en el rastro, el collar de perro
blanco, huesos, en zanja de la desgracia.
Adriana Zapparoli
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