Yo soy el pulsador del Mundo.
Mi verso es como un mancebo
deslumbrado de sol.
Por eso, me siento alegre
y toda la música de la Creación
rompe como una orquesta en mi pecho.
Cuando se desplome la noche
ya no podré perderme,
porque entonces me salvará mi instinto.
Subiré como Zarathustra a la montaña
a la hora que el mediodía
luce su rubí, abierto como una llaga
sobre su frente limpia y diáfana.
Me agarraré a las crenchas del Infinito
teniendo entre mis dientes
la pulpa ruda de mi Verso.
Juan Antonio Corretjer. Porto Rico
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